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Historias de disociados y proscritos

by Domingo En Llamas

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1.
Insta a delinquir en una borrosa alocución uno de los tantos afectados, que de paso está rodeado de encapuchados. Sólo tengo que asomarme para comprobarlo: Hordas que detienen al camión del gas pasan por las tiendas y queman las vidrieras, lanzan sus botellas con relleno inflamable y desempeño aceptable: la policía corrió. Ya estoy convencido, pánico en Sao Paulo además ya se escuchan tanques en las calles porque suena como cuando arrastran a un toro muerto. Cabe destacar que la cinta usada en la alocución estaba deteriorada. Y la naturalidad a todos salvó, las mujeres se arreglaban antes del tiroteo y otros se alineaban el peinado en el reflejo de los vidrios que aún quedaban enteros.
2.
Por tu salud es mejor que te retires, hay una estancia muy buena en mi ciudad con especies silvestres y agua fresca y con atractivos recitales por los viernes. Si te animas yo te llevo porque ahí me dan caballos de paseo y la vista completa de la isla para ti. Han pasado edades enteras para ahora verte, frases de Tesalonicenses para mí, ellos hablaban de la esperanza, otros del amor y de la fe. Que permanezca contigo la gracia mientras sigas en frente de mis ojos porque de allí ellos toman su luz.
3.
Un discípulo bárbaro se cansó y se despide, él quebranta las copas, sube el telón y se desinhibe. Guarda varios secretos y la estatua perlada de una virgen que llora, descifró misterios y es heredero de un autógrafo de San Pedro. Él quería encarnar cosas que solo pertenecen a las nubes, nunca supe de dónde era el apóstol misionero de tus flores. Hoy es la ceremonia y en Macedonia su obra escaló en gloria, en Hungría lo adoran pero en mi tierra y atado de manos, lo despiden.
4.
Las voces graves se colocarán al final del ensamble coral, al frente van las voces blancas porque esas brillan más y en el medio van aquellos que no fueron al ensayo previo de ésta, la presentación crucial. Desde varios meses atrás memorizan las partes que he escrito sin contemplación, al solista estrella le diagnosticaron hepatitis B y la arpista griega me acusa de plagiar el vals que ha escrito para el día de su funeral.
5.
Nadie dice la verdad en mi país que ahora se desangra desde la raíz. Pero escúchame esto. Desde el ultraligero vemos que en la costa hay transacciones sucias y cerca de la boya: restos humanos. «Los binoculares nos ayudarán» dijo, los limpié muy bien, se los iba a colgar y se me cayeron, se alejaban del cielo y viéndolos caer le pedí a Dios que no se estrellaran sobre ese peñero. ¡Qué desconsuelo, ni siquiera te entiendo! ¿Qué tiene que ver ese tal Coriolis en todo esto?
6.
¿Es verdad que me visitarás? No me sorprendas, dime con tiempo por favor. Aprovecharé y liberaré estantes pero lo importante es dónde esconderé los discos que jamás quise que vieras. Trataré de recoger cuanto me delate. Y tendré que usar las pinturas viejas porque hay fotos grandes que ya no se despegan y una cartulina que pintó mi grata amada. Si te quieres divertir, pues bien, aquí hay bares criminales por doquier. Ahí está el billar que atiende el pelirrojo y aunque esas felinas tengan sus devotos yo siempre respetaré al mar. Pero ¿es verdad que hasta aquí vendrás? Si te soy sincero, franco, hiperhonesto, el hecho que vengas siempre será un peso porque el valiente es transparente y eso no te sirve.
7.
En el último viaje me cansé de pedirte canciones que ardieran solas, tantas ocasiones y ahora nuestro avión se desploma. Vamos en picada y no se nota, nuestros rostros se mantienen con todas sus formas aunque está lloviendo ¿O será que la aeromoza llora? ¡Oh, no! Y antes de abordar yo te pedí que te hicieras otra persona e incluso te dije que no puedo dormir en el aire, a esa hora. Pero ya es tarde, cámara lenta en los ventanales y aunque se demora, mucho no creo que falte, es más, no importa, el mar es un ataúd blando.
8.
En los sembradíos la avistaron inmensa, vivaz y sonriente, ella avisó su propio fin y no le fue tan mal. En Semana Santa hasta el párroco viene con niños y mujeres y le hacen cantos en latín, si esperan, aparecerá. Ella está en medio de nosotros.
9.
El paseo aquel a ''Sol de Miel'' trajo languidez y fatalidad extrema, otro día me propuse volver y encontré un vivero lleno de nenúfares. El camino ha sido el mismo solo que transitándolo caímos lado a lado. Luego de un hechizo judicial se empezó a llamar "Flor de Miel" el pueblo, antes de entrar a la Plaza Central era imprescindible persignarse en agradecimiento. La fatiga crónica del desamor se lavaba al respirar los azahares, el camino ha sido el mismo solo que si lo transitamos él hará que estemos frente a frente.
10.
Desaniman todas esas cláusulas que exige verte siempre alegre o cambiar de lugar, tenerte muy cerca o venerar tu hogar. ¡Cuánto recupera a una armoniosa humanidad las fiestas patronales que celebra mi ciudad! Y entre cohetones y explosivos de colores llevé hasta mí su mano. Y aunque te canses te pido que no lances mi cabeza contra la pared. «Suficiente arrepentimiento en esto» dijo, pero... «¿Qué hacer si en el medio de la boda ocurre una masiva fuga?» Amenazaban los reos del penal con pancartas en mano y sangre en el café mientras ella aseguraba que jamás seré un refugio sano en el que además creer sería una proeza similar a lo que fue tratar de olvidarla sin pensar en el anden del tren. Te ruego que antes de lanzarme contra la pared lo pienses bien.
11.
¿Dónde están los minerales y la clínica para el dolor? Antes yo iba y cruzaba el puente “9 de diciembre” de un lado estaba el río y del otro los basketeros. Oh! se despertaba tarde y por eso le dí mi reloj, al mediodía cantábamos los discos que perdíamos y muertos de miedo odiábamos crecer. Y en Artigas, en el horizonte, en una cueva espectacular vimos volando a un hombre que pintó un vagón con sangre y quedó vivo porque el que visita tus lugares se salva.
12.
Inundaciones 02:25
Tanto que rogamos para que viniera la lluvia y ha llegado con un invitado sorpresa que arrasó con la feria del pueblo. Aquí todos corren, el agua que ayer fue vapor hoy trae inundaciones que cambian la sed por sombra y los tambores se retuercen. Del poblado solo quedó en pie el campanario de la iglesia y los tubos del órgano que guía la fiesta que con palmadas el pueblo narró. Mientras navegan y la tierra drena a su invasor los cueros se secan y el ritmo enseguida inunda a nuestra feria y la reanuda.
13.
En la escena 2 tuve un colapso al recordar cosas que no pienso ni hablo, como algunos lineamientos de corte sectario y canciones que hablan de desfloraciones. De la primera escena no recuerdo nada porque estaba concentrado en cómo salir. La tercera escena (evidentemente) provocó una aguerrida estampida, el que maneja el proyector lanzaba alaridos y el gigante que me tapaba adelante me había mordido. Nuestro amor siempre se delata a través de imágenes que exaltan agresivos traumas.
14.
Comenzaré anunciando que fui yo el que organizó ésto, todo empezó cuando lo encontré y no había línea en el pueblo, le grité a los bomberos y pasaron de largo y los que me oyeron, al verlo quedaban helados. Llegó un tonto con las siglas del CICPC en el llavero y me guiaba como si yo trabajara en su destacamento. «Primero los guantes» le insté, me preguntó «¿Tiene pulso?» «¡NO!» le solté, de frente yacía entero pero al voltearlo... ¡Oh! Después de todas las emociones cruzadas por estos procesos vino un camión y se lo llevó y la paz llegó por fin a aquel cuerpo. En la acera quedará un monumento.
15.
La madre llena los cántaros y se encarga del apiario, quiere convertirse en la historia del conserje del seminario. Huye, se oyen sus pasos cuando sube, el anillo de su dedo frágil resonó y el goteo que da el tinajero a mis latidos se unió. Aunque le dije al pintor: «Ok, esta es la madre, pero aquí exageró» y le señalé una zona industrial que desafiante colocó. La madre sabe más de la tierra que del abecedario, limpiaba los girasoles que iluminaban el acuario. Huye, sobre el pintor ya se presume que jamás ha pintado nada, es un timador, «Yo soy un bandido ungido» aseveró. Junto a la madre y su gente lo correteamos, la salida cerramos y la brincó pero no hay que negarlo; el cuadro que hizo de la madre nos desarmó.
16.
De los vestuarios saldré en hombros aunque haya una refriega monumental, unos dicen ser los enmantillados, yo lamento que los otros se envuelvan en trajes tan exuberantes, sombreros y frases irresponsables. Hasta el perdedor le dio, yo también lo sorprendí, dicen que pude usar hasta el extintor pero no lo vi. Antes que yo entrara el arrogante aquel sabía que de un salto el enmantillado me emboscaría, no se imaginó el flemático escritor que el trueno que le dibujó mi mano izquierda hizo que la alarma antisísmica gritara. Luego me felicitó y hasta me condecoró, yo, victorioso, me disculpaba y me interrumpieron, hasta ahí recuerdo.

credits

released December 29, 2006

Escrito, grabado y mezclado entre septiembre y diciembre de 2006 en el Barrio Chino, Baruta, Caracas, Venezuela.

Masterizado en Estudio Classic, Caracas, Venezuela.

Escrito y producido por José Ignacio Benítez.
Piano, órgano y sintetizadores por Cybele Peña.

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Domingo En Llamas Caracas, Venezuela

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