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Canciones sobre un éxtasis de harta contemplaci​ó​n

by Domingo En Llamas

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1.
Cy Young 02:52
Deja la perrubia afuera, no se te ocurra guardarla y escucha: antes del salto hay que amansarla. Siembra la pausa que guía el manguito de la psique, pregunto "¿cómo lo hacía?", que alguien me explique. Rapa el obelisco de cebo y con jugo de chimó seremos huerto longevo, él ya lo kilometró. Vuelve con tizas de fuego porque hoy la grada está muy sola y la penumbra exagera lo que se inmola. Obvia las primeras planas, fresco está el dugout de asbesto y conviértelos en ranas desde tu puesto.
2.
Profecías 03:12
Estas son las profecías que te dije en buena lid, me las recetó Isaías, Juan Crisóstomo y Farid. Me infiltré entre los profetas con monóculo y bastón, les repartí Nervinetas, me declaré campeón. Sírvase falso profeta escatologicalíptico, muestra tu mejor receta a la Trinidad o en tríptico. Hay visiones de fragancias recibiendo al 2100, ya no se hablará en distancias, se obrará desde tu edén.
3.
Armadura de guayaba en maniquí de flores, gofio con natilla y agar-agar de piña en higos tricolores, tibio pan de horno para los trastornos y luego la cata de alcanfores. Merengón, cabello de ángel, buñuelos de pomagás, hicaco y jalea, suspiros en gragea y de tenedor la punta de un compás, hielo picado en la martinica que enaltece y fortifica la costura del disfraz. Con la polvorosa quiero un bis (y unos caramelos de maíz) Espuma amelcochada a cubrir la bejarana, tres rinocerontes en el horizonte muestran sus encías sanas, ésta es mi merienda tumultuaria, mi pseudoreforma agraria, verduzca savia de amor. Con la polvorosa quiero un bis (y otros caramelos de maíz) Ron con chipolata y orejones en alineación, pozos en almíbar, merey de Ciudad Bolívar y canciones de sifón, panes de Saboya y Juan Sabroso, Catalina sin su esposo, almidoncito de neutrón.
4.
Era un simple clérigo pobre de clarecía dicié cutiano missa de la Sancta María non sabié decir otra diciéla cada día mas la sabié por uso que por sabiduría. El que a mi cantava la missa cada día tú tovist que facié yerro de eresía judguéstilo por bestia e por cosa radía tollisteli la orden de la capellanía Si tú no lo mandares decir la missa mía como solié decirla grand querella avría e tú serás finado hasta el treinteno día ¡desend verás que vale la sanna de María!
5.
Un remendado tomo anónimo he encontrado, tostado con barro, en las escalinatas abandonado, sesenta llascuarti yacían para mí en su frío de madrugada y de solanáceo ají, con una pluma de loro negro (es obvio que) está escrito y desde la Capilla de Lourdes de El Calvario me metí entre el pantalón aquel ejemplar legendario y no me vio ni el sol por lo tanto no hubo delito. Estaba ilustrado con carótidas trenzadas, con mares de caminos y cordilleras mutiladas, escrito de derecha a izquierda y acentuado con colores, con fórmulas de puntuación y trazos para los olores, el recetario abarcaba una extraña dulcería de chayota con óleo y llantén azucarado que calibra enseguida cualquier esternón desorbitado y limpia la savia que excreta la melancolía. Mapas estelares vistos desde el fondo del mar idénticos a los de Galileo o a los trazados al azar, recetas de arena, con piña, con sombras de mandarina y zanahoria para tu bioluminiscencia albina porque sus sesenta pliegues con su ilógica externa no tendrán otro lugar para ser aquel pródigo hijo y al aire libre o bien en el rizoma de mi escondrijo no serán más que un acertijo a pie de página para la risa eterna.
6.
Envuelven cada palabra con su extraño abracadabra, cabeza y cola de cabra, para fracturas de tibia: polen de Santa Cecilia, cada zombi en su vigilia. Los seduce el desespero con su traje misionero el afecto limosnero, traen corona de alpiste, su batik sedal que viste lo que nadie se resiste. Tu sermón en la montaña acabó con nuestra hazaña arropándola con teleraña, con sus trampas y mentiras, si te miro tú me miras y enseguida te retiras. Contraindicación: memoria, tristeza, creerse escoria, glorificar la victoria, debes decir vida mía si ésta es la cuaderna vía que tu corazón me envía. La sobredosis de trópico, su tristeza de uso tópico con un resultado utópico, engrapado horror y risa, fuego y melodiosa brisa y hasta acertó la pitonisa con su ejército de plástico, sosa de un amor tan cáustico que escapó en modo gimnástico. Todo nuevo y todo falla, nunca otorga el que se calla ni el que aprieta la cizalla. Tiritando de impaciencia fue la primera advertencia antes de contar la ausencia de un chaleco en terciopelo, la cicatriz en el gemelo y de un lunar a contrapelo. Ahí se extravió Agustín Bernardo. Mi hermano bardo fanático de Fajardo hablando tres de hidalguía, séptimas diez cacería y de numerología.
7.
Rosa me enseñó a cuidarle las espinas y a regar sus jardines de clavellinas con rocío de amapolas submarinas. Y subiré con calma hasta su esfenoides bebiendo del ponsigué con sus coloides dando positivo pero en asteroides. Y mi preferida siempre fue Amaranta, ella me acompañaba a cuanta bailanta con su daga al cinto y montada en su danta. Vino con su gran corona de jazminas desde la calle El Rosario de Las Minas con capullos de árnica e isabelinas. Ella prefirió usar un corset de alpaca y su bisoñé de lentejuela opaca tejiendo su criptograma en una hamaca. Conocí la talabartería fina a pesar que eran mis días de ruina, de dieta de masa con adrenalina. Yo me disolví apenas pasar la rampa y gritó "que no te reenganche el hampa" pero todo es cosa pues de fina estampa. Y escuché en susurro aquella voz de alto y la flor de rabia con su sobresalto prefirió verse tatuada en el asfalto.
8.
3 de abril de 1010 zarpó alguien que heredó futura piel, tus ojos que a raya goteáronme. 1506, mes cruel, vas tú ardiendo y apagué tus 2 párpados que a su vez estaban mirándome. 2 de agosto, 1510 —cambió la luz— me detuve a mirarla y tus mercaderes robáronme. 10 de sol, a sotavento y dentro del convento hice 10 series de 10 y los residentes aupáronme.
9.
De Playa Medina a San Juan de las Galdonas escucho los cantos que a mi lado entonas, te caerá requisa asi me digas misa, asi dejes de ser mi patrona. En las aguas termales de Las Trincheras cantamos sumergidos varias rancheras y siempre olvidaba la parte que daba alguna emoción placentera. En Mucuy Baja abrimos las cajas, hicimos castillos con nuestras barajas, dormimos afuera en nuestra red hotelera basada en las buenas costumbres. Cerca de las Cuevas de Cumarigua y en medio de tus oraciones ambiguas me dijiste "¡Azpúrua!" y habiéndome púrpura te gesticulé a lo poseso. Y una vez en Cumaripa escapé en canoa y llegar yo tan rápido a las minas de Aroa, ahi mismo te vi ángel carabalí y enseguida me puse de pie. Desde San Isidro hasta el Monte Carmelo bebí granizado de piña y pomelo, la gente decía: "A ver las encías" y enmudecerían de miedo. En el Camino Real de Torondoy recibí muchísimo más de lo que doy y en una ladera de Cabo Codera te reconocí para siempre.
10.
Yo soy la ceniza de taza de arcilla, viniendo (planeando) vi costa, península y rocas. Mi hermana la esquirla me echó de la casa, me lanzó a los gángsters del cloro, me acercó a la brasa. Mi padre de fuego en medio de un ruego perdió la balanza y los tiempos y terminó en espuma. Yo soy la ceniza de las cohetonas, luciendo explosiones y luces fui del cielo a la cima. Mi madre la chispa, otrora lucero, decidió dejarle al viento nuestro primer y último paseo. En mi espejo hay ceniza, David juntó gateau y trementina y un trozo de fuego arengaba y la ceniza ardía.
11.
Las iguanas voladoras con botas de terciopelo son las falsificadoras de mi duelo. Ángeles en pleno luto descabezan a Morfeo en el último minuto y hay rumores de saqueo. El espejo roto salta y escupe galimatías lo que solamente falta es que te rías. Anda llamándome Truman con todo el tráfico aéreo y yo aqui tan ocupado con lo etéreo. Y sentándose en la alfombra quiso llegar a La Hoyada, y él respondióle a su sombra —"Ey, de nada". En diciembre ganaremos y haremos del gomecismo un retrato hablado en tiza de mí mismo. Vi salir cosas del Ávila: bailarines rompehielos, balines, pólvora, sábila y mis anhelos. Mi sagrada vaca loca llora al ver a Maiquetía, hoy aplaude como foca, ayer temía. Y en el Café Tripletriste hice franca mi alabanza, te serví leche y alpiste, afilé la lanza.

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Grabado, mezclado y masterizado en La Madrigalera, Caracas, Venezuela.

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released November 6, 2015

Producido con música y letra por José Ignacio Benítez.

Portada: San Francisco orando, de Francisco de Zurbarán.

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Domingo En Llamas Caracas, Venezuela

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